viernes, 10 de mayo de 2013

Groezrock 2013 (día II)


Normalmente, cuando  a las 9:00 de la mañana te suena el despertador, aparece una sensación amarga, una sensación de querer mandar todo a la mierda y una sensación de "tierra trágame". Pero cuando ese despertador suena en Bélgica y sabes que madrugas para escuchar la música que más te gusta y para hacerlo con amigos, la cosa cambia de manera radical.

La mañana del Domingo empezó de manera agradable: bocadillo de huevos y bacon para pillar fuerzas y afrontar el día que me esperaba. Musicalmente hablando, Smoke or Fire fueron los encargados de darnos los buenos días en un carpa principal con bastante afluencia de público para las horas (teniendo en cuenta la larga y fría noche anterior) tan tempraneras. Buen concierto, pero como soy un culo inquieto y uno de los conciertos que más ganas tenía de ver empezaban en breve, me apresuré a la carpa Etnies para ver a los grandes Iron Chic. Tenía mis dudas, ya que después de verlos en el FEST no me los imaginaba tocando aquí, pero la verdad es que el ambiente fue tremendo y el grupo no defraudó. Escucharlos fue una inyección de energía y un "vamos a por el segundo de festival a saco".

Justo después, de nuevo a la carpa grande para asistir al final del concierto de Flatliners. Me sorprendió la cantidad de gente que había. Solo pude asistir a unas 4/5 canciones pero mi mente seguía tarareando "Cutesy monster man" de Iron Chic.

Los siguientes en pasar a escena fueron The Ataris, grupo que me trae muchos y grandes recuerdos de épocas pasadas. Fue bonito volver a escuchar canciones que en su día tuvieron un peso enorme para mi. Es cierto que estaban tocadas un ritmo más lento y que las partes finales de las canciones eran alargadas por el grupo como un chicle que nunca se rompe. Eso, cuando solo dispones de 40 minutos para tocar, significa menos canciones y, por lo general, al público ( al menos a mi) le jode. Aún así, salí con una sonrisa en la boca. 

Para entonces, 15:15 de la tarde, el sol había salido y un poquito de césped y alguna cerveza apetecía. Suerte que tenía una mala influencia que hizo que aguantara mi relación con los rayos solares y que me convenció para que, lo que iba a ser una caña, se convirtieran en 4 o 5 cañas + jagger y otros 2 o 3 jagger a palo seco. Si a eso le sumamos el sol y que el próximo concierto era Less Than Jake, no hace falta que os diga como fue, ¿ o sí ?. De acuerdo, Less Than Jake fue una jodida fiesta donde no paré de cantar y saltar como un loco, y donde ellos no pararon de tocar temas antiguos que hacían que mi felicidad fuera inmensa. Creo que es uno de los momentos que me llevo de este Groez. Grandes!

Y lo que pasó desde Less Than Jake hasta Bad Religion es algo que me encanta. En esas casi 4 horas no fui a ningún concierto, ni falta que me hizo. Siempre he dicho que a los festivales no se va solo a ver grupos como locos y a correr de un lado a otro. En los festivales también hay que tomarse tiempo para estar y ver a los amigos, a esos que solo puedes ver una o dos veces al año. Eso fue justo lo que hice. Me tomé mi tiempo y pille una caña  para llevársela a mi colega Fon a su stand de discos de "La Agonía de vivir". Ese rato hablando de grupos dentro del stand y compartiendo birra fue genial. Luego me volví al césped con el resto del equipo con el que viajé: Borja, Mario y Laura, para seguir bebiendo la poción mágica y compartiendo risas. Y luego tuve la inmensa suerte de que Michael (U.K), Peter (Suecia) y Arjan (Holanda), amigos que hice en Florida en Octubre en el FEST, pasaran por delante nuestra y se quedaran un rato con nosotros a charlar y beber. Hablar con Mike acerca de conciertos, festivales, del Fest y de la vida (así como escuchar el inglés de Laura) no tuvo precio. Gracias !!!

Casi sin darme cuenta, la tarde se había pasado y solo quedaba un grupo por ver, pero que grupo, EL GRUPO con mayúsculas: Bad Religion. Comentar como fue este concierto es remitirme a las otras 7 u 8 crónicas que hecho de ellos. No me canso de verlos, cantar y pegarme en todas y cada una de sus canciones. Si por mi fuera, los vería todos los días del año. Además, aún no estando en las primeras filas, tuve la suerte de coincidir con un grupo de Eslovenos y algún alemán tan amantes del grupo como yo, y puedo asegurar que los pogos y circle pits que montamos fueron sin duda, los mejores de todo el concierto. Diversión, sentimiento y amor. Esa fue la guinda a la edición de este año. 

A partir de ahí, la misma rutina del día siguiente: camino al coche, fresco, compra de más cervezas y risas en el hostal. El día siguiente visita a Bruselas, más cervezas, más risas y más recuerdos. 

Cada año cuando salgo por la puerta del festival por última vez, me giro, y me suelo despedir porque nunca se sabe si podré volver. Este año ese ritual volvió a pasar, aunque es cierto que lo llevo haciendo 7 años y nunca he faltado a la cita. Espero que al año que viene pueda volver a despedirme. 

Por último, quiero dar las gracias a todos los amigos con los que he podido compartir estos días de música. Está claro que ellos son los que marcan la diferencia entre un buen festival y un GRAN festival. A veces los mejores nombres no aparecen en el cartel del festival, si no en la gente que te acompaña en estos momentos. :) 

Aquí os dejo un vídeo que hice del concierto de Iron Chic, el vídeo de una canción que lleva metida en mi cabeza desde hace ya dos semanas. 


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